La noche anterior era la noche de la mejor fiesta gay de la semana en Nueva York. Fui y agarré una borrachera. Después de todo estaba muy borracho. De hecho, me despertí el día siguiente y todavía estaba un poco ebrio. Fui al baño para ducharme. Abrí el agua y empecé lavarme. Entonces, paré. Pensé, ¡No puedo hacer esto. No puedo entrevisto a David Bowie cuando me siento así!
Inhalé, exhalé y llamé a la publicista del señor Bowie, y le dijo a ella que no podría hacer la entrevista porque estaba muy enfermo con intoxicación alimenticia. (¡Qué común excusa!) Le pedí hacer la entrevista por telefono el día siguiente. Me dijo que querría que nos conozcamos el señor Bowie e yo porque creía que al señor Bowie le caería bien y al revés. "¡Qué bueno!" contesté, colgué el telefono y volví a mi cama.
Esta noche me quedé en mi departamento sin tomar alcohol. No querría perderme otra entrevista con el señor Bowie. La mañana siguente, me despertí temprano, me vestí en ropa de moda y fui al studio en donde el señor Bowie estaba haciendo su nuevo CD, Earthling. Después de esperar un ratito, estaba vis a vis con la estrella de rock. El señor Bowie me miró, se rio y comenzó hablar, "Me dijeron que estabas enfermo ayer." ¡Guiño!
¡Supo! ¡Supo! ¡Supo que no estaba enfermo! Me dirigió una mirado y supe que supo exactamente lo que había hecho la noche antes de la primera entrevista. Me sentí tan vioento. Nunca volví a tomar alcohol la noche antes de una entrevista. ¡¿Quién habría imaginado que el señor Bowie, de toda gente, me enseñaría esa lección?!
Ahora, ¡vamos a bailar!
Mi canción favorita de David Bowie: "Sound And Vision"
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